lunes, 21 de enero de 2008

Porque tu ausencia duele...



Lejanía


Estás tú... estoy yo... estamos.
Y aún cuando la vida continúe misteriosa,
quedaremos en silencio sin mirarnos.

Mientras te observo a la distancia,
sutilmente disfrazado de un amigo,
me es imposible evitar sentir nostalgia
ante el frío de no poder estar contigo.

Mi mente vaga por jardines de recuerdos,
y un sueño revive tu presencia inspiradora.
Mientras lleno mi alma con secretos,
yo me rindo ante la soledad que me enamora.

¡Mira mis manos! Te estoy suplicando,
que te apiades de mis atormentadoras penas.
¡Mira mis ojos! Te estoy llorando,
mientras desgarro con ahínco mis sacras venas.

Estás tú... estoy yo... estamos.
El problema es que por mucho que queramos,
tú y yo nunca nos tomaremos de las manos.

viernes, 11 de enero de 2008

Confesiones sanguíneas



Nada


Encerrado en la oscuridad de mi mente, me aíslo de la realidad. Estoy desconectado. Tu recuerdo danza por mi mente mientras una profunda tristeza me invade. No queda nada. Mis negras alas se agitan contra el cielo estrellado, plagado de sombras que abrazan gentilmente todo a su alrededor. Cualquiera pensaría que estoy destrozado, pero a diferencia de ayer, ahora estoy de pie…

Retirándome voluntariamente a la soledad de mis pensamientos, repentinamente me dan ganas de llorar. Tu presencia se desvanece rápidamente de mí. Te vas. Me dejas. Estoy solo, igual que siempre. Tú no estás aquí. Sólo me quedan mis pensamientos, que suelen ser mis únicos acompañantes.

Veo ahora que mi existencia es innecesaria. Quizá debería tomar un cuchillo y terminar con este lamentable sustituto de vida en una explosión carmesí de mis brazos. Espera… un cuchillo, ¿dónde hay un cuchillo?... ah, ya encontré uno… lo agarro… ya lo estoy haciendo… ahh… duele. Un dolor lacerante recorre mis sentidos. Pero… amo el color rojo sangre. Brilla intensamente, como incitándome a soñar… soñar con un futuro mejor donde encontraré lo que busco. Sí… un futuro…

¡Espera! Mi conciencia se diluye con el rojo de mi sangre… y mis fuerzas… incluso mis pensamientos me abandonan… ahora ya estoy completamente solo.

Con un último suspiro digo tu nombre y una solitaria lágrima resbala por mi rostro… un rostro de alguien que lo ha perdido todo.

Nerv

viernes, 4 de enero de 2008

Dime qué nos pasó



Flor de Cementerio

Tristes recuerdos llenan de pena este lugar mientras las sombras oscuras de las nubes se extienden a su propio ritmo en el reino de los mortales.

Y tras una corta ceremonia, se desvanecerán los sentimientos de los humanos que han venido a decirte adiós y tú descansarás para siempre en el ataúd donde yo seré tu guardiana. No te conocí bien, pero en los ratos vacíos que hemos pasado, yo he llegado a amarte más que a cualquier otra humana que he conocido. Siempre estaré aquí, impávida y silenciosa, resignada a decorar este sepulcro, donde la vida se mezcla con las sombras del olvido.

Soy sólo una flor, pequeña, solitaria y efímera. Mis duros intentos nunca lograrán hacer que tu corazón lata por mí, pero en mi leve existencia me muestro ante ti tal cual como soy. Mi alma te pertenece, pero a cambio, te pido que permanezcas conmigo unos momentos más. Dejemos que la noche eterna nos abrigue con toda su fuerza, mientras esperamos a las brillantes estrellas para poder revelarles mi más ferviente deseo. Tú. Un deseo de cosas imposibles al que me abrazaré una vez más.

Porque aunque sé que no hay forma de que creas en mis versos ni que puedas entender mis navegantes pensamientos, sueño que algún día comprenderás mi esencia y valorarás mi fe. Hasta ese día, soportaré el vacío que hiela mi espíritu y me envenenaré con las amargas gotas del amor que me das muy ligeramente.

Y así, muriendo lentamente mientras me narcotizo en tu olor, te prometeré una cosa:
Una pequeña e insignificante flor como yo estará siempre aquí a tu lado. Durante el tiempo de vida que me quede, no te abandonaré sino hasta que mi último aliento se haya extinguido. Miraré hacia el horizonte en busca de tiempos mejores mientras sueño con que resucites de la muerte y puedas verme como soy. Seré débil y permaneceré en silencio, tocando siempre mi corazón cada vez que te vea y suprimiendo el suspiro involuntario que recorre mi ser, porque dentro de mis pétalos siempre habrá un lugar para ti. Aunque sea mentira, di que me amas y haz mi muerte menos dolorosa. Soy débil. Soy pequeña. Soy vulnerable. Soy única. Soy tuya. Porque aún con lo poco que puedo ofrecer, mi fragancia te acompañará en mi lento marchitar y me uniré contigo en el más allá.

Descansa. Tu muerte es la forma en la que yo puedo vivir cerca de ti.

Hasta siempre,

Lily